El Legislador Agustín Coto se encontraba viajando a Buenos Aires en clase turista, como lo hace de manera habitual, para realizar el seguimiento de las cuestiones inherentes a la provincia con la Casa Rosada.
Los hechos del malentendido sucedieron de la siguiente manera: un pasajero que se encontraba sentado al lado del parlamentario, se levantó de manera repentina, fue a la parte posterior de la aeronave y, con el poco español que el turista hablaba, se dirigió al personal de Aerolíneas Argentinas, los cuales interpretaron “hombre-bomba”, y señaló a la persona que estaba sentada a su lado, que resultó ser Agustín Coto. Con lo cual, rápidamente, se lo puso en conocimiento al comandante del avión haciéndole saber que “había un hombre-bomba”. Eso activó los protocolos de seguridad correspondientes que, en principio, ordena que el avión tenga que regresar al aeropuerto de origen. Una vez que la nave aterrizó, se continuó con los procedimientos de seguridad, se hizo un chequeo y se constató que no había explosivos, se dio intervención al Juzgado Federal, se tomaron las declaraciones correspondientes y, el mismo, terminada la inspección, dispone que se libere la aeronave.
Cabe aclarar que el parlamentario Coto, en todo momento, prestó colaboración con las autoridades, con el fin de esclarecer rápidamente el malentendido.
Y una vez descartada la amenaza, los pasajeros, incluido el Legislador Agustín Coto, emprendieron el viaje a Buenos Aires, salvo el extranjero denunciante, que quedó demorado prestando declaración y haciendo las averiguaciones de antecedentes pertinentes, para esclarecer los motivos que lo llevaron a hacer la denuncia en pleno vuelo.